Señor Jesús,
creemos que estás vivo y resucitado.
creemos que estás vivo y resucitado.
Creemos que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar
y en cada uno de nosotros.
Te damos gracias, Señor,
por venir hasta nosotros
como pan vivo bajado del cielo.
Tú eres la plenitud de la vida.
Tú eres la resurrección y la vida.
Tú eres, Señor, la salud de los enfermos.
Hoy queremos presentarte
a todos los enfermos que leen esta oración,
porque para Ti no hay distancia
ni en el tiempo ni en el espacio.
Tú eres el eterno presente
y Tú los conoces.
y Tú los conoces.
Ahora, Señor, te pedimos
que tengas compasión de ellos.
Ten compasión de los que sufren en su cuerpo,
de los que sufren en su corazón
y de los que sufren en su alma
que están orando y leyendo
los testimonios de lo que Tú estás haciendo
por tu Espíritu renovador en el mundo entero.
Ten compasión de ellos, Señor.
Desde ahora te lo pedimos.
Bendícelos a todos
y haz que muchos vuelvan a encontrar la salud,
que su fe crezca y se vayan abriendo
a las maravillas de tu amor
para que también ellos
sean testigos de tu poder y de tu compasión.
Te lo pedimos, Jesús,
por el poder de tus santas llagas,
por tu santa cruz y por tu preciosa sangre.
Sánalos, Señor, sánalos en su cuerpo,
sánalos en su corazón,
sánalos en su alma.
Dales vida y vida en abundancia.
Te lo pedimos por intercesión de María Santísima,
tu madre, la Virgen de los Dolores,
quien estaba presente, de pie,
cerca de la cruz.
cerca de la cruz.
La que fue la primera en contemplar tus santas llagas
y que nos diste por madre.
Tú nos has revelado que ya has tomado sobre Ti
todas nuestras dolencias
y por tus Santas Llagas hemos sido curados.
Hoy, Señor, te presentamos con fe
a todos los enfermos que nos han pedido oración
y te pedimos que los alivies en su enfermedad
y que les des la salud.
Te pedimos por la gloria del Padre del cielo,
que sanes a los enfermos que van a leer esta oración.
Haz que crezcan en la fe y en esperanza,
y que reciban la salud para gloria de tu Nombre.
Para que tu Reino siga extendiéndose más y más
en los corazones, a través de los signos
y prodigios de tu amor.
Todo esto te lo pedimos Jesús,
porque Tú eres Jesús,
Tú eres el Buen Pastor
y todos somos ovejas de tu rebaño.
Estamos tan seguros de tu amor,
que aún antes de conocer el resultado
de nuestra oración en fe,
te decimos:
gracias Jesús por lo que Tú vas a hacer
en cada uno de ellos.
Gracias por los enfermos que Tú estás sanando ahora,
que Tú estás visitando con tu misericordia.
¡Gloria y alabanza a Ti, Señor!
Rezar tres Padre Nuestros y Gloria.
Rezar tres Padre Nuestros y Gloria.
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