Apóstol gloriosísimo de Nuestro Señor Jesucristo,
aclamado por los fieles con el dulce título
de abogado de los casos desesperados,
de las causas justas y difíciles,
y de aquellas que son imposibles de resolver
por nuestros propios medios,
te ruego, te pido de todo corazón ayuda.